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Es la primera vez que pruebo a hacerlo así y os aseguro que no va a ser la primera vez ¡es tan cómodo de transportar! Así, también reciclas frasquitos y te olvidas de tener que llevar un tupper grande para toda la tarta o tuppers pequeños (tienen que cerrar bien, no hay cosa que más rabia me de que lo de que se salga el relleno de un tupper).
Ingredientes por comensal: 2 galletas Digestive, 1/2 cucharadita de mantequilla o margarina en pomada, 2 cucharadas soperas (y bien colmadas) de queso untable tipo Philadelphia (yo usé uno light y se quedó delicioso también; así hay menos cargo de conciencia :P), 1 cucharada de nata montada, 1 cucharada colmada de mermelada de fresas "diet" (yo usé la mermelada de fresas baja en azúcar de "La vieja fábrica"; es mi marca favorita de confituras).
Se muelen las galletas bien y se mezcla con la margarina, se pone en el frasquito individual y se aplasta con el brazo del mortero para que quede bien prensado. Se remueve el queso bien para que quede crema batida y a continuación, se le echa la nata montada. Puede llevar más, pero el objetivo es que le dé más cremosidad a la mezcla y le aporte un poco de dulzor. La mezcla resultante entre lo salado del queso y lo dulce de la nata (para mi gusto, echadle solo un poquito, que las galletas y la mermelada hacen el resto), es deliciosa. Cuando está mezclado el queso, se pone encima, dejando aproximadamente un centímetro libre hasta el borde del frasquito, para poder poner la cobertura y tapar sin problema. Luego añades la mermelada y al frigo para que repose unas horitas.
Recomiendo que repose porque la galleta se endurece (por la mantequilla) y la crema de queso se liga mejor, así que de un día para otro está de rechupete.
¡Hale, a guardar los frasquitos pequeños de paté para estos menesteres! jajaja
¡Listos los postres para el picnic de mañana!
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