9.13.2016

De aniversarios y comida asiática

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Hoy he llegado no muy tarde del trabajo, así que antes de recoger a nuestra mico y dejarla al cuidado de su tía para irnos al cine, hemos ido a comer a un restaurante de comida asiática al que nos gustaba ir de vez en cuando ¡Esto sí se va pareciendo a una celebración! ¡Por muchos años más, tórtolo mío! #japo #Kyoto #tallarinesfugo #patoconmango #ricorico

Aniversarios y fuentes de energía mañanera

Que una necesita energía por las mañanas, después de las noches que da mi linda mico, es un hecho. Y hoy, además, mi tórtolo y yo queremos probar a ir al cine y a cenar para celebrar nuestro segundo aniversario de boda (el primero lo celebramos pidiendo una pizza a casa, porque andábamos destrozados con los cólicos de la bebé, y esa celebración tan cutre se me quedó grabada a fuego como una de las peores que podíamos hacer). Así que necesito mantenerme activa y despierta hasta esta tarde, que espero no echar una cabezadita en el cine.

En la luna de miel, en Costa Rica, descubrí el porridge y la cantidad de cosas que se le pueden añadir para hacerlo más completo (me encanta la versatilidad en todos los ámbitos, incluso en la cocina). Así que hoy he disfrutado de un desayuno super energético para afrontar el día  #frambuesas #plátanodeCanarias #miel #canela #inlove #2aniversario ¡A por el día!
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9.09.2016

Eye in the sky

¿Cómo decidir sobre la vida de una persona? ¿Cómo decidir si avanzar o esperar, en base a probabilidades? ¿Vale más un inocente certero que muchos más inocentes bastante probables? ¿Podrás vivir con la decisión que tomes? Vaya dilema moral planta esta historia. Una película que, como muchas, nos ha llamado la atención porque parecía fácil de ver un viernes por la tarde, después de la intensa semana de trabajo. Y aunque tiene giros de guión muy "a la americana", nos plantea un punto de vista alternativo. He recordado sensaciones parecidas a las que me removieron con "La delgada línea roja"... Y la recomiendo, porque el mundo debería recuperar esa parte de conciencia que perdió no sé cuándo.

9.05.2016

Spa y comida andaluza

Que estoy cansada hasta límites insospechados es una realidad como un templo. Esta niña, con tanta interrupción del sueño, me está matando como en fascículos y la espalda me duele horrores.
Así que una sesión de spa se avecinaba. Llevaba varios meses queriendo ir, pero no surgía la fecha correcta. Luego, después de planearlo con mi querida Betsa, tenemos que anularlo porque ella se quedó en estado pocas semanas antes de ir (los spa no están recomendados para embarazadas, porque les baja la tensión de por sí).
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Así que, como hacía mucho que no veía a mi #llamader favorita, Raquel, le propuse inicialmente una tarde de mimos acuáticos, mientras mi queridísimo marido y amantísimo padre de mi criatura se quedaba con la peque. Peeeeeeero, ahí estaban los virus de la guardería esperando al acecho en nuestra vuelta de vacaciones y tuvimos que posponerlo hasta este domingo pasado, porque pillamos los 3 (papá, mamá y peque) una gastrointeritis de semana y media de efectos.

Así que ayer llegó por fin mi superrato de asueto y relajación - ¡Aleluya! - yendo a un circuito de 90' de spa 🙌🙅🙆🙇🙏💆😇 ¡Yujuuuuuuu! Casi me llevo el chorro de agua de las lumbares para casa ¡Qué genial invento, por Dios!
El jacuzzi estaba cerrado por obras - ¡Oooohhhh! - pero, por las molestias, me dieron un vale por otro circuito de spa de 90' de duración - ¡Más yujuuuuuuu! - para que lo gaste cuando quiera hasta enero de 2017. Cachis, otra vez al spa, qué sacrificio... jijiji

Como a Raquel se la puede llevar a cualquier sitio, le di a conocer uno de nuestros sitios favoritos para comer de la sierra oeste: el restaurante El Cortijo, en Collado Villalba. Es un restaurante andaluz con - MUY - generosas raciones y pescado rico, rico. Nosotras pedimos cazón en adobo, chanquetes con huevo y una ensalada de tomate aliñaíto. Ni qué decir tiene que, a pesar del esfuerzo, no hubo manera de acabarse todo y más que a comer, se diría que fuimos a comer-merendar-cenar-todo-en-una-sola-comida.

Descansadas y con comida en el cuerpo, nos quedó pendiente una siesta ¡la próxima hay que planificarla, también!

Descubrimientos artísticos en la red

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Por azares de la vida, me crucé hace una semana con una foto de esta escultura, de la que no conocía nombre, ubicación, autor. Hoy por fin la descubro: se llama Jeté y retrata al bailarín David Wall en pleno vuelo. Wall tan solo tenía 21 años cuando se convirtió en el bailarín principal más joven de la historia del Royal Ballet. La escultura fue creada en el año 1975 por Enzo Plazzotta, un escultor Italiano que pasó la mayor parte de su vida trabajando en Londres. La podemos ver en Westminster, Londres.

9.04.2016

The lady in the van

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Hoy hemos visto The lady in the van. Y qué voy a decir de ella cuando la protagoniza la SEÑORA Maggie Smith: se come la pantalla; se hace con el personaje, lo deglute y lo demuestra totalmente hecho suyo, a su medida, con su propia mirada, con su historia completamente independiente. Es un león con apariencia de señora mayor encantadora. Bravo, bravo, bravo
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9.01.2016

28 días, en 3 días

Este libro apareció un buen día envuelto en papel de regalo, con una flor atada a su lazo decorativo y una pegatina donde se leía "Te quiero". Es de esos momentos que recordaré siempre. Y, por si caigo alguna vez en la injusticia y no lo hago, guardo una foto de la envoltura entre los archivos "para recordar".

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Mi marido, del que a veces me quejo por ser poco detallista, cuando se emplea, lo hace, y bastante bien. Hace unos años encargó a los reyes magos que me trajeran "Maldito karma", del alemán David Safier. Yo no conocía nada de este autor, pero me reí tanto con el libro, lo he recomendado tantas veces... Que se le quedó grabado, y encargó para mí "¡Muuu!" unos años después, también muy recomendable (aunque sigo prefiriendo el primero). El caso es que el estilo de escritura de Safier, su rapidez, su ingenio, su fantasía, su humor... Me había cautivado ya. Y cuando Safier decidió ponerse serio y publicar "28 días", me picó la curiosidad y mi marido, que andaba avispado aquel día, se quedó con la copla.

El día que apareció el libro envuelto en papel de regalo - con flor y te quiero incluidos - andaba yo con poco tiempo para leer / dormir / descansar / tomarme un  rato de asueto, con una bebé de apenas 7 meses recién cumplidos, que duerme muy interrumpido desde que nació, así que no tenía tiempo ni vista para leer, porque mi poco tiempo libre intentaba descansar en la medida de lo posible. Así que, como una inversión de futuro, guardé el libro para una mejor época.

Y esa época llegó hace unos días. Como todo lo de Safier, lo devoré, esta vez en 3 días. Pero esta vez, con un nudo en la garganta a cada paso. Una historia novelada, pero basada en hechos increíblemente reales. Dice, con gran acierto, que las generaciones de hoy en día vemos casi inverosímiles que unos actos como los cometidos en el Tercer Reich, se llegaran a producir realmente. Bueno: no me considero tan joven como para no creerlo (aún recuerdo ver por tv la caída del muro de Berlín - y a veces me digo, orgullosa ¡yo viví ese momento!- o recuerdo tocarlo y llorar emocionada, en la exposición universal de Sevilla, en 1992), pero me sigue pareciendo una locura y nunca deja de sorprender cómo el ser humano y su ingenio luchan por la supervivencia, incluso en las situaciones más extremas. El hecho de que un grupo de 1200 jóvenes (y cuando digo jóvenes, hablamos desde 13 años) del gueto de Varsovia se levantaran para luchar por su dignidad y su vida, como si un día, de repente, amanecieran siendo adultos... Caray, eso remueve la conciencia - al menos, en una sociedad en la que alguien es capaz de quejarse amargamente porque tiene un callo en un dedo del pie-. Y no es, hasta el final del libro, cuando se encuentra para mí, lo mejor (y hay que leerlo al final, porque se podría considerar spoiler), cuando, en una corta entrevista, el autor relaciona situaciones que crees ficticias en la lectura por su inverosimilitud; y no, casi todo es real, está documentado, forma parte de los registros y testimonios de lo que allí pasó.

Felicitaciones, sr. Safier. No tengo más palabras que articular, porque me he quedado sin ellas.
Quedo a la espera de su siguiente libro.

Sueño y zapatillas de andar por casa

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A ver si a la pequeña gamusina le salen de una vez los dientes y se le pasan esos llantos nocturnos que nos tienen mataos... Porque ¡vaya sueño que tenemos estos días! (más que de costumbre, y ya es decir)

De esto que, a mitad de camino, te miras los pies por si vas en zapatillas de andar por casa, porque estás relajada con el chucuchú del tren y no te extrañaría demasiado, con el sueño que gastas...

¿Alguna vez os ha pasado?